martes, 28 de agosto de 2012

La Quimica y las serpientes

Las serpientes son criaturas tranquilas, pero a las que nadie se atrevería a molestar. Pequeñas cantidades del veneno que segregan en una mordedura (en muchos casos, apenas una gota) resultan tremendamente mortíferas y pueden llegar a causar, en poco tiempo, la muerte de una persona adulta.
Las serpientes producen su veneno en unas glándulas que se sitúan a los lados de su mandíbula.. Cuando atrapan a una presa y aprietan la mandíbula, la presión sobre las glándulas hace que se segregue el veneno, que penetra en la presa, unas veces directamente y otras a través de los colmillos huecos.
El estudio de la estructura molecular de las toxinas presentes en estos venenos y de su evolución genética está ayudando a la búsqueda de nuevas aplicaciones médicas para estas sustancias. En la actualidad, por ejemplo, se está trabajando con una sustancia hallada en el veneno de la serpiente Taipán, que puede ayudar en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca congestiva. Se trata de una sustancia que puede ayudar, de forma específica, a relajar los vasos sanguíneos que rodean al corazón, sin riesgo para otras partes del cuerpo.

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